Durante el transcurso de la temporada estival los corrales de pesca constituyen un medio ideal para que los más pequeños lleven a cabo pequeñas actividades de “exploración” en las que su natural curiosidad infantil les conduce a intentar llevar a cabo la captura de pequeñas especies animales (pequeños peces, camarones, cangrejos y otros pequeños crustáceos).

Esta actividad, en sí misma, no resultaría excesivamente perjudicial para el entorno si los menores, o incluso sus padres, asumieran como propias las recomendaciones realizadas por nuestras Asociaciones: mantener las capturas en el interior de recipientes con agua (que habrá que sustituir convenientemente para permitir la adecuada oxigenación de las “capturas” y garantizar su supervivencia) y devolverlas con vida al mar antes de retornar a casa.

Lamentablemente sigue siendo frecuente a día de hoy comprobar cómo hay una multitud de menores que retornan a casa con cubos que contienen ínfimas capturas que a nadie benefician por no tener ningún aprovechamiento posible (y ello sin entrar en consideración de que nos referimos a una actividad que se encuentra al margen de la legalidad).

Si bien pudiera parecer que se trata de una cuestión menor, hemos de considerar el efecto conjunto de varios cientos de niños que realizan la misma actividad durante 92 días seguidos y hasta en dos ocasiones al día (en cada bajamar diaria). Al sumar todas estas pequeñas capturas resulta que, poco a poco, se esquilma de manera paulatina la crianza en el interior de los corrales, lugar en el que permanecen las especies en sus fases más vulnerables (ova, alevín, juveniles) en búsqueda de refugio.

A un mismo tiempo, con esta actividad también se elimina el escalón base de la cadena  alimenticia propia de este entorno, por lo que las especies mayores también sufren el impacto de esta acción continuada

A lo largo del tiempo no son solo nuestras voces, sino las de multitud de personas que son testigos presenciales y conscientes de este hecho, las que se han alzado para intentar atraer la atención de las Administraciones competentes sobre este problema

Nuestras Asociaciones han intentado poner en marcha distintas campañas para intentar erradicar, o cuando menos limitar, los daños que cada verano sufre este medio tan delicado.

En el año 2009 se llevó a cabo una campaña para desterrar la venta de las camaroneras que constituyen el medio con el que los menores (y no tan menores) hacen sus capturas. Lamentablemente el esfuerzo altruista de gran parte del comercio local resultó baldío porque una minoría se resistió a seguir vendiendo dichos elementos, porque eran adquiridos en otras localidades o porque se reutilizaban los comprados en años previos.

El pasado año 2011 se intentó, con la colaboración del comercio local, que la información del auténtico impacto ambiental causado llegara a los responsables del mismo mediante el reparto de una sencilla guía de recomendaciones junto con cada camaronera vendida.

Dado que cualquier campaña informativa se encuentra inexorablemente destinada al fracaso si posteriormente no es seguida por otra de carácter sancionador, para el presente año 2012 se solicitó al Ilmo. Ayuntamiento de la localidad que se encargara de llevar a cabo una actividad informativa adecuada para, seguidamente, aplicar las sanciones que resultaran procedentes. El Ilmo. Ayuntamiento comprometió la realización de estas gestiones y, de hecho, incluso llegó a hacerlo público mediante nota de prensa.

Lamentablemente, concluido ya el mes de julio, y superado de este modo el Ecuador de la temporada estival, aún no existe constancia del inicio de ninguna actividad informativa, mientras continúa el expolio en los corrales sin que nadie se disponga a darle solución.

La pérdida de un tiempo valioso e insustituible para el cumplimiento de este objetivo, junto con las consecuencias medioambientales sufridas un año más, ya no pueden ser objeto de reparación. Confiamos, al menos, que durante las semanas de verano que aún tenemos por delante podamos comprobar que nuestros representantes municipales cumplen con la responsabilidad de llevar a la práctica sus compromisos  para que el impacto no sea aún mayor.

 

Chipiona, a 02 de agosto de 2012.-

 

Asociación de Mariscadores de Corrales de Chipiona “Jarife”.-

Club de Amigos de la Naturaleza “Scipionis”.-