En otras secciones de esta misma web ya se pone claramente de manifiesto que esta es una fórmula de pesca que se sale de los parámetros considerados de forma generalizada como “habituales” y que, precisamente por ello, podría considerarse “poco ortodoxa”

Precisamente por ello no es de extrañar que los utensilios usados en esta modalidad de pesca a pie o marisqueo tradicional constituyan una novedad para todo aquel que no tenga un previo conocimiento de esta forma de pesca.

Todos los utensilios que a continuación se pasarán a describir darán buena muestra de lo que se afirma al respecto de esta modalidad pesquero-marisquera en cuanto respecta a tres cuestiones principales:

1ª.-  Que ésta es una fórmula de pesca a pie o marisqueo totalmente tradicional, dado que los utensilios e instrumentos utilizados para su práctica no han variado sensiblemente en el tiempo, afectados cuando mucho por aspectos secundarios en cuanto a los materiales y materias primas usados en su construcción.

2ª.- Que ésta es una fórmula de pesca a pie o marisqueo tradicional totalmente selectiva, dado que los útiles usados impiden la captura de cualquier especie o miembro de la especie no deseado (en especial por la consideración de un posible tamaño escaso que llevara a considerarlo como “individuo inmaduro”).

3ª.-   Que ésta es una fórmula de pesca a pie o marisqueo tradicional que se caracteriza por no reportar un elevado cupo de capturas, dado que las mismas han de ser llevadas a cabo una a una y de manera activa mediante la penetración de los pescadores a pie o mariscadores tradicionales en el medio marino (es decir que no es una técnica pasiva que pretende que las especies buscadas incidan sobre unos medios usados para sus capturas mientras éstos están colocados en su medio y a la espera).

Siguiendo un espíritu de consecuencia con las cuestiones descritas, la Asociación de Mariscadores de Corrales de Chipiona “Jarife” ha rechazado diametralmente cualquier técnica no tradicional de captura al alejarse de esta ancestral fórmula, limitando las posibilidades de defensa de las capturas (por ejemplo, los arpones o fusiles de pesca submarina), aquéllas que resultan propias de la pesca profesional, dado que constituyen técnicas no selectivas o que permiten una captura masiva de especies y de individuos (redes, trasmallos, nasas, palangres...) o aquéllas que resultan gravosas o actúan en contra de la preservación de los espacios naturales y hábitats marinos (como sería el uso de rastrillos por parte de los mariscadores profesionales).

Buena prueba del rechazo a este preocupante incremento de técnicas profesionales o, en definitiva, no tradicionales, son las gestiones realizadas hasta la fecha en forma de denuncias ante el Servicio Provincial de Inspección Pesquera en Cádiz, ante la Dirección General de Pesca de la Junta de Andalucía en Sevilla y al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil.

En un primer momento, a continuación se efectúa una relación sistemática de todos los utensilios usados en esta tradicional fórmula de pesca a pie (o marisqueo), con el objeto de disponer de una visión conjunta de los mismos, con independencia de que a renglón seguido pasemos a detallar cada uno de ellos, describiéndolos y, para evitar cualquier tipo de posible confusión, incluyendo imágenes de los mismos.

Todos estos utensilios o útiles (que en jerga local también reciben el nombre de “avíos” o “trastos”) están reconocidos y autorizados en su uso para la práctica de esta ancestral fórmula de pesca a pie o marisqueo tradicional por medio de la Resolución del 17 de septiembre de 2.009, de la Dirección General de Pesca y Acuicultura de la Junta de Andalucía.

Han sido obviados de la relación precedente y de la posterior descripción algunos utensilios bien por haber caído en total desuso (como, por ejemplo, el cuévano) o por resultar de uso tan común que no requieren explicación (como el tenedor u ortiguillero).